Un testarazo providencial del neerlandés mantiene a los de Xavi vivos en LaLiga después de que un ‘hat trick’ de penaltis en contra, uno de ellos detenido por Ter Stegen, frustrase una primera remontada
Parecía que el Barcelona iba a decir definitivamente adiós a LaLiga en el Ciutat de València cuando Luuk de Jong volvió a salvar al Barça, como había hecho en Cornellà o en Mallorca. El conjunto barcelonista había dado la vuelta a un sorprendente 1-0 con la entrada providencial de Pedri y Gavi, que devolvió la clarividencia al equipo de Xavi, perdido durante muchos minutos en el campo del Levante. Los ‘granota’ se avanzaron por medio de un penalti lanzado por Morales, falló una segunda pena máxima poco después y, acto seguido, sendos goles de Aubameyang, a centro de Dembélé, y Pedri, a pase de Gavi, remontaron el partido. Y devino la locura: otro penalti, cometido por Lenglet en su primera intervención tras sustituir a un desafortunado Alves, volvió a poner el empate en el marcador y, entonces, la testa de Luuk de Jong fue providencial para el Barça, después del enorme esfuerzo levantinista.
Una vez más, un partido en el Levante fue un pim-pam-pun difícil de controlar para el Barcelona. Pedri había sido el faro del equipo de Xavi en busca de la remontada. Esta vez, saliendo desde el banquillo, toda vez le tocó entrar en las rotaciones. Entre él y Gavi habían arreglado el desaguisado que había creado un Levante intenso. Y Gavi tuvo el 2-3 en otra escapada, pero su chut lo repelió el portero, Cárdenas.
Tas el esfuerzo de Alemania y sin respiro para el equipo barcelonista, volvió Xavi a dar descansos y entró Nico como interior. Aunque tras el 1-0 Xavi cambió a los dos interiores, no hay que señalar a uno ni otro como culpables, aunque tampoco aportaron soluciones a la falta generalizada de clarividencia del conjunto barcelonista durante una hora de partido. Lo que pasó es que el Levante busca aferrarse a la vida y obró en consecuencia en cada pelota, mientras el conjunto barcelonista no se metió en el partido, quizás porque ha perdido la chispa de hace unas semanas, víctima en parte del desgaste de tanto partido, evidente en algunos futbolistas. Un par de chuts flojitos de Ferran y otro, ligeramente desviado, de Frenkie fue todo el bagaje barcelonista en una primera parte en la que fue superado ampliamente por el hasta hace un par de jornadas colista de Primera.
Aupado por su público, el Levante salió a por una nueva proeza ante el Barcelona. Mordía en el marcaje hombre a hombre y buscaba la espalda de la defensa barcelonista. Después de un par de avisos iniciales como consecuencia de numerosas pérdidas, especialmente una de Dani Alves, el Comandante Morales se plantó ante Araujo y encontró la forma de asistir a Campaña, cuyo remate fue colocado pero flojo, relativamente fácil para Ter Stegen.
Muy exigido Araujo frente a Morales, la personalidad de un Eric creciente en confianza fue vital para salvaguardar las imprecisiones de sus compañeros mientras el Barcelona comenzaba a intentar empujar al Levante hacia su parcela. La primera ocasión del Barça fue de Torres, tras un pase largo de Ter Stegen. Ganó la espalda de los centrales en diagonal, pero el remate fue flojito. Pese a esa aparente recuperación del Barcelona, el Levante tomó aire y volvió a la carga.
Araujo fue puesto en evidencia por el Comandante Morales en una jugada en la que el capitán granota se internó por el eje, se fue fácilmente de Alves, encaró a Araujo, le cambió el ritmo y lo sentó, superó también a Alba y lanzó una sutil vaselina que superó a Ter Stegen… pero no a Eric, que sacó el balón cuando ya se colaba. Fue la mejor ocasión del Levante en la primera parte y la mejor acción de un Morales muy afilado.
Desbordado el ritmo bajo del Barcelona por el ímpetu del Levante, el partido seguía siendo azulgrana, que no barcelonista: los de Xavi iban de lila. Araujo, valiente, se sobrepuso a esa acción de Morales y, pocos minutos después, evitó un remate desde el área pequeña del otro miembro de la pareja de delanteros, Roger. El uruguayo trataba de mantener, mientras Alves cojeaba visiblemente tras una torcedura de tobillo en una acción de ataque y, ya hacia el final del primer tiempo, en un trompazo mientras despejaba la pelota.
‘Hat trick’ de penaltis
Rugió el Ciutat de València cuando Morales, desde los once metros, avanzó por fin al Levante, pese a que la segunda parte había empezado con un Barcelona que quería reaccionar. Poco después de un cabezazo de Ferran a centro de Dembélé, la mejor acción del Barça, con paradón de Cárdenas, el Comandante levantinista puso por delante a los suyos: penalti, absurdo, pero penalti, de Alves a Son, uno de los mejores que transformó Morales.
Incomprensiblemnte, Morales no lanzó el segundo penalti con el que, poco después, el árbitro volvió a castigar al Barcelona. Lo lanzó Roger y lo falló. Lo había cometido Eric, por mano en el salto precisamente ante Roger, y lo detuvo Ter Stegen. En aquel momento no lo parecía, pero Roger acababa de perdonar la vida al Barcelona y el Levante lo pagó caro.
Desde el 1-0 al 1-2 transcurrieron poco más de diez minutos en los que pasó de todo: falló el segundo penalti, el Levante, entraron Pedri y Gavi y dieron la vuelta al Barcelona como un calcetín. De repente, el conjunto de Xavi movía el balón, generaba espacios y entraba por banda. Una acción por la zona de Pedri acabó en centro de Dembélé y cabezazo a gol de Aubameyang, resucitados ambos de entre los muertos vivientes. Y, acto seguido, jugadón de Gavi por la derecha y centro a la frontal para el remate a gol de Pedri. El penalti de Lenglet parecía echar por tierra la remontada, pero entonces Alba centro para que Luuk de Jong volviese a salvar al Barcelona de Xavi, de cabeza y saliendo a la desesperada.
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